Desolada. Estoy desolada. Lamento enormemente la muerte de esta escritora, de esta mujer tan capaz y tan valiente.
Ni sé todas las horas que he vivido prendida a sus historias. Acompañada por sus novelas. Mi vida se hizo mucho más rica desde que me encontré con sus libros, con su voz.
Viajé el pasado septiembre a la Feria del libro de Madrid para conseguir su firma y para conocerla. Y ya no fue posible: Días antes leía que no podría comparecer a la cita anual del Retiro. Me preocupé. Se me puso mal cuerpo: Algo grave le pasaba. Y tanto.
Adiós, Almudena. Nos queda tu voz rasposa e inmensa, eterna en tus libros.
Hasta siempre, compañera. Gracias por tus libros. Y por tu alegría.
Unos pocos libros de mi estantería en los habita Almudena Grandes. |
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