En El diario ... la protagonista sigue siendo, Tita, y la historia es también la misma, lo único que cambia es el formato: ahora encontramos que el relato se va trabando entorno a las páginas de un diario que Tita escribía por temporadas; las recetas aparecen en algunas páginas pero pierden su función estructuradora.
El cambio en la edición del libro, quizás es lo más novedoso. Laura Esquivel apuesta por la tipografía de letra caligráfica y por reflejar en este diario todas las vicisitudes del escrito a mano,: la flor prensada, el recorte, la mancha, la hoja quemada, el dibujo en el margen, ...
En todo caso, merece la pena recordar esta bonita historia.
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