Otra novela más de la misma autora, la tercera que escucho este año. Menos potente que las anteriores que he leído de ella (La sospecha de Sofía y Últimos días en Berlín), pero con el mismo tirón narrativo.
Una intriga familiar con bastantes trazos telenovelescos: Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido , realmente, se delata ya en el título.
En todo caso, resulta una lectura muy entretenida. Tuvieron que pasar varios años para que Carlota llegase a comprender que no se había equivocado, que aquel hombre que había visto era realmente su padre y que la mujer que le acompañaba era su esposa, y por tanto entendió que su madre no podía serlo, y que la niña que paseaban en el ostentoso carrito era hija de aquel matrimonio, Julia Balmaseda, una hija legítima, no como ella, convertida en ilegítima, un ser espurio merecedor del rechazo o, peor aún, de lástima o compasión. Y también entendió por qué su apellido, Molina, era el mismo de su madre y no el paterno, Balmaseda, hasta que su madre se decidió a inscribir un apellido común con la intención de disimular el oprobio derivado de su soltería sobre la pobre niña, y desde entonces pasó a llamarse López Molina, aunque ella nunca lo utilizó después, ya de mayor y consciente de su condición de bastarda, si no era para algo oficial.